II
No olvidéis que la poesía,
Si la pura sensitiva o la ineludible sensitiva,
Es asimismo, o acaso sobre todo, la intemperie sin fin,
Cruzada o crucificada, si queréis, por los llamados sin fin
Y tendida humildemente, humildemente, para el invento del amor…
(Fragmento de Ah mis amigos, habláis de rimas, 1958)
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