martes, 20 de agosto de 2013

Dulce tortura

Dulce tortura

Polvo de oro en tus manos fue mi melancolía
Sobre tus manos largas desparramé mi vida
Mis dulzuras quedaron a tus manos prendidas
Ahora soy un ánfora de perfumes vacía.

Cuánta dulce tortura quietamente sufrida
Cuando, picada el alma de tristeza sombría
Sabedora de engaños, me pasaba los días
¡Besando las dos manos que me ajaban la vida!
(1918)

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