viernes, 14 de noviembre de 2014

I



I



De “Como sólo la muerte
es pasajera” (2009)


La desmesura inconcebible, ese barco frente a tu ventana,
que hundió su ancla, de pronto, con el chasquido de un rumbo muy oscuro.



Te despertará algún día el chirrido de la cadena recogida,
pero ya se habrá marchado, tal como vino, entre gestos de niebla,
y vos mudo de asombro ante cualquier certeza, incluso la de irte.



Lo sabrás para siempre o, mejor dicho, desde siempre.



Por eso, no insistas: el mar no cabe en tu valija,
es el momento de guardar tu valija en el mar.





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