domingo, 1 de septiembre de 2013

Memoria de la partida

Memoria de la partida

Levantamos la tienda y allí permanecimos
Contemplando la noche tatuada de presagios.

Hubo que recoger el trigo, la distancia,
El viento que sembramos,
El corazón salvaje de los atardeceres
Y la crepitación de las palomas.

Pero aquello tan viejo como el miedo,
Aquella soledad, aquel juez de la sombra,
Quedó tendido sobre la llanura
Con un ojo de olvido pudriendo sus entrañas.
(Los ritos, 2003)

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