martes, 20 de agosto de 2013

V

V

Soy una tenue viola,
vihuela de la peregrinación, lejana:
corazón por medida, por madera tiempo,
para mis paisanos una miel de llanto.

En mi clavijero arde una luz celeste, un rizo leve,
casi nieve callada y desde aquí soy testimonio.

Nicandro Pereyra

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