martes, 20 de agosto de 2013

Salinas grandes

Salinas grandes

Enorme mar de agua congelada
Bajo un cielo purísimo, tranquilo
Llano extendido en aire de sigilo
Donde la vida se reduce a nada.

El tren, veloz, hiende como una espada.
Pareciera que el mar se rompe al filo
De las ruedas, presas entre los hilos
De las vías, sobre la costa helada.

Viene de la llanura calcinante
Fuerte viento que choca en los cristales
Turbios del tren monótono y jadeante.

Y hurtando el ruido, al tren, aquí acostado
Oigo, ajo los rieles siempre iguales
Un agitar de olas apagado.

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