En primavera
Suave se hundió la nieve bajo los oscuros pasos.
A la sombra del árbol
Los amantes alzan los párpados rosados.
Siempre siguen a los oscuros llamados de los barcos,
Estrella y noche
Y suaves golpean los remos al compás.
Pronto florecerán en muros ruinosos
Las violetas.
Así tan silenciosa reverdece la sien del solitario.
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